Leo tiene el encanto típico del atacante de las películas estadounidenses, el carismático grandullón todo músculos y sonrisa deslumbrante. O la cheerleader que tiene todo el instituto a sus pies. Porque Leo, seamos sinceros, lleva el encanto de un líder indiscutible con seguridad en sí mismo. Es el signo gobernado (¡nada menos que!) por el Sol, el centro del sistema solar y astrológico. Al igual que el Sol, con su generosidad a veces un poco megalómana, es una fuente de luz y calor para todo el sistema social, y espontáneamente termina ocupando un lugar central. Esto puede hacer que choque con otros signos que tienen un ego tan grande como el suyo. También suele ser hermoso físicamente, con una sonrisa abierta y alegre y un físico atlético. Tiene encanto y una descarada simpatía a la que perdonas todo y de la que acabas enamorándote a pesar de ti mismo.