¡Libra tiene el encanto masculino del caballero de otros tiempos o el femenino de la mujer del Alto Renacimiento! Es un signo regido por Venus, el planeta de la belleza y la armonía, y su misión es embellecer el mundo eliminando su vulgaridad, suavizando sus bordes y asperezas. Odia los conflictos (que quizás representan una de las formas más aberrantes de «fealdad») y, a menos que sea completamente necesario, no le gusta ceder contra los demás. Suele tener clase y un gran porte, tiene una elegancia clásica con un gusto ligeramente retro, con mucha atención al detalle. El hombre Libra tiene un cierto amor por la galantería que puede parecer «de otros tiempos» pero que básicamente nunca pasa de moda. Ese mismo espíritu de «caballero» que lo hace irresistible a los ojos de sus «conquistas» y, más aún, de sus respectivas madres. La proximidad de Venus los vuelve un poco «femeninos»: esto, por supuesto, no tiene nada que ver con la sexualidad, pero hay algo efébico o femenino en el hombre Libra, y en ocasiones esta es precisamente la palanca de su encanto.