Esta semana tiene el sabor de un balance profesional. Alguien podría hacer un par de cuentas, tratando de entender si el negocio y las estrategias que está llevando a cabo van en la dirección correcta. Con Mercurio torcido desde el 5, puedes respirar un poco de ansiedad en el aire: tal vez ya sabes que hay algo importante que comenzará a finales de agosto y por eso estás agitado; o estás constantemente esperando que llegue una llamada o una respuesta lo antes posible. Bien, si te estás por tomar un descanso, deja a un lado todos estos pensamientos y pospón todo para finales de agosto, cuando la situación sea decididamente más prometedora. Los buenos días para hacer planes y lanzar iniciativas / recibir propuestas para septiembre son los del miércoles 5 y jueves 6. También son días que ayudan a aclarar ideas sobre un tema de trabajo que crea algunas dudas en ti. Hablar de eso con un amigo-colega en este sentido facilita la tarea. Deseo y oportunidades para cambiar de ciudad o centrarse en proyectos «extranjeros».
Tal vez esta semana estés muy ocupado con tu actividad profesional o en la realización de todos los proyectos que te has propuesto llevar a cabo con tu pareja. ¿Hay una casa en el medio? ¿O un asunto familiar de uno de los dos? Presta atención a algunos pequeños «retrasos» o algunos gastos adicionales. Dicho esto, de ahora en adelante es importante estar menos centrado en los aspectos «prácticos» de estar juntos, y más en los aspectos «emocionales»: a partir de esta semana, Venus vuelve al signo, y es bueno permitirse unos momentos de comprensión con tu pareja. Qué hermosos esos momentos sin preocupaciones que podrías vivir alrededor del jueves 6, tal vez porque tienes la suerte de ver una amistad o participar en un evento «social». Quién sabe dice que este último no traiga para los solteros un momento de apertura que les permita conocer nuevas personas. El cielo favorece la socialidad, pero luego pon tú el resto. Cualquier historia que comience en agosto, incluso las que han comenzado recientemente, deben tener premisas claras (las tuyas y las de la otra persona). De lo contrario, es poco probable que tenga una larga existencia.