Cáncer es el signo de la memoria por excelencia, y un cierto sentido de nostalgia por un «amor perdido» nunca lo abandona. De vez en cuando lo piensa y lo replantea, con ese anhelo ligeramente bohemio propio del signo. Sin embargo, al mismo tiempo, si piensa que lo han dejado «mal» y que lo han agraviado, se retrae en sí mismo o asume actitudes defensivas. Si se siente abandonado, no te lo perdona, y de vez en cuando hay que tener en cuenta un pellizco con sus garras. Sin embargo, al final, si entras en su corazón, permanecerás allí para siempre. Lo cierto es que Cáncer tiene un sentido muy fuerte de protección maternal hacia las personas cercanas al corazón, por lo que en situaciones de necesidad «real» les resulta difícil a un ex cerrarle la puerta en la cara.