LOS SIGNOS OPUESTOS: TAURO-ESCORPIO

El segundo par de opuestos que se encuentran en el zodíaco es el formado por Tauro (signo fijo de tierra) y Escorpio (signo fijo de agua). En primer lugar, dado que estos son dos signos «Fijos», decimos que mantienen su propia posición con firmeza y es poco probable que se «ganen» entre sí. Si siempre como «Fijos», su vocación es proteger, consolidar, mantener, y el tema que los une es el de la seguridad.

El Toro es el campeón de la seguridad material: el hogar, la economía, la perfección del afecto, los puntos fijos. Al toro le encanta la definición. “Este soy yo, este eres tú”. «Esto es mío, esto es tuyo.» Por el amor de Dios, es muy generoso, pero porque él decide de dar, de moverse por el otro, no porque pierda de vista el límite entre él y el otro. Esto es fundamental para comprender su naturaleza. Esta actitud lo caracteriza en muchas cosas de la vida. Quiere ver con claridad, no le gusta la confusión de roles, horarios, no le gustan las aproximaciones.

En el otro lado del zodíaco, sin embargo, está Escorpio, que en cambio está muy atento a la seguridad psicológica. Así como Tauro primero defiende su propiedad, incluso si luego está listo para compartirla con otros, el Escorpio está muy atento y se asegura de que su integridad psicológica no sea atacada. Si alguien trata de manipularlo, influenciarlo, controlarlo, el Escorpio estalla implacablemente.

En este sentido, a Escorpio también le encanta definir y proteger sus espacios psicológicos, salvo que cuando entran en una relación lo hacen de una forma tan visceral y profunda que rompen esas barreras y buscan la total interpenetración con el otro. Recuerdo el verso de una hermosa canción que dice: «Mientras te miro, ya no sé dónde termino y dónde empiezas tú». («Inventi», Renato Zero).

Siguiendo la misma lógica, los «frutos» de los esfuerzos individuales de cada uno de nosotros son simbólicamente «Tauro». Los frutos de las actividades compartidas, esas que no se pueden partir con el hacha porque no son ni mías ni tuyas sino nuestras, son simbólicamente Escorpio. Imagina el producto de una empresa donde no puedes medir con el centímetro lo que viene de mi trabajo y lo que viene del tuyo, porque las actividades se fusionan y dan vida a algo nuevo. Pero piensa también en un hijo, que es el fruto de dos personas y que nunca podría «partirse en dos». Esta es la oposición MI / TU (Tauro) – NUESTRO (Escorpio).

También en este caso, cada uno de los dos signos contiene un fragmento de su opuesto, del que aprende el equilibrio de los extremos del eje. Digámoslo de esta manera: cada uno de los dos signos conoce bien su “tesis”. Pero para llegar a la síntesis necesita conocer, aprender e interiorizar la (anti) tesis del signo contrario. Así, Tauro aprende de Escorpio a no tener miedo de mirar las profundidades más oscuras del inconsciente sin perderse, a no tener miedo de involucrarse y, metafóricamente hablando, de perder sus límites personales. Escorpio aprende de Tauro la importancia de mantener los pies en el suelo, no perder la paciencia y la calma en situaciones difíciles.

La dinámica entre signos opuestos es realmente fascinante y muestra cómo en realidad no existe una “incomunicabilidad” entre opuestos, sino una forma diferente de interpretar y desarrollar un “tema” específico.

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