Los signos de Fuego – Leo, Aries y Sagitario – son los verdaderos protagonistas de este tránsito que se suma al tránsito precedente de Marte en Leo, creando una hermosa mezcla de encanto, seducción, agallas y energía. ¿El resultado? ¡Los signos de fuego, si lo desean, pueden ser realmente irresistibles! Venus y Marte a favor reabren el giro de encuentros, a veces de forma completamente inesperada. Especialmente en los días de mediados de julio (cuando Venus se encuentra con el impredecible Urano en cuadratura) Cupido está realmente de humor para bromas y puede disparar sus flechas en las direcciones más inesperadas.
Empecemos por LEO para el que Venus y Marte en el signo son sinónimos de un despertar del espíritu de conquista. En las últimas semanas, Leo se ha sentido más inseguro de su encanto, ha preferido observar desde la distancia o estar solo. Ahora siente la necesidad de lanzarse al juego, de montar la ola de la sociabilidad con el encanto y el carisma que le son propios. Alguien también encuentra el ímpetu para enviar ese mensaje, declarar un amor, intentarlo con una persona que le interese.
ARIES se deshace de una doble cuadratura de Venus y Marte que en junio hizo realmente difícil llevarse bien con los demás y que creó algunas dificultades incluso en la familia. Este nuevo cielo lo pone en paz consigo mismo y con el mundo, le devuelve el bienestar, la ligereza y el romanticismo. Luz verde también para las parejas: mejoran el diálogo, la pasión, la comprensión y las ganas de sentirse bien. Después de una temporada difícil, volvemos a mirar hacia el futuro y a planificar. ¡Quizás incluso un bebé, ya que este es uno de los cielos más fértiles del año!
Para el SAGITARIO, Venus toca la Novena casa de la conquista y expansión. Esto significa en primer lugar que Sagitario vuelve a moverse más, a viajar y a ampliar el círculo del conocimiento. La temporada pasada fue pesada, agotadora y sobre todo «rancia». Desde este punto de vista, esta ola de nuevas noticias y estímulos representa un auténtico momento de renacimiento. Las posibilidades de tener un buen encuentro, sobre todo durante un viaje, con personas de otras ciudades, o al menos a años luz del círculo de visitas habituales, son altísimas.