Venus entra en la Segunda Casa, el área del horóscopo que representa las ganancias y la capacidad de transformar actitudes y talentos en recursos económicos. Y acentúa un tema que ya es fuerte en el cielo de Libra, y es la necesidad de ganar más. O mejor dicho: ajustar las ganancias a la calidad y el compromiso prodigados en el trabajo. Este cielo, de hecho, empuja a los autónomos a buscar nuevas formas de ganar más y rentabilizar sus esfuerzos. Así como empuja a los empleados que no se sienten lo suficientemente valorados económicamente a pedir más. Además, en exactamente un mes, Júpiter y Saturno finalmente cederán una cuadratura que este año ha hecho que todo sea más lento, agotador y poco rentable. Será como quitarse el freno de mano y rentabilizar cada esfuerzo, incluso económicamente.
A nivel personal-afectivo, es una Venus que trabaja la autoestima: muchos nacidos del signo (especialmente los que buscan una nueva historia y los que viven una relación que está tambaleando) en los últimos tiempos se han sentido un poco «bloqueados» porque – ¡incorrectamente! – sintieron que no merecían más, ni mejor. O en todo caso lucharon por reconocer esa autonomía que en este período representa el logro más codiciado para Libra. Una autonomía que puede ser laboral, económica, de decisión pero que, incluso antes, presupone una mayor independencia psicológica y personal. Es un proceso de emancipación que cuesta mucho esfuerzo pero que Libra está atravesando con la cabeza alta. (continúa)
Está aprendiendo a no retroceder ante las confrontaciones (a veces incluso encendidas) que sirven para establecer principios, prioridades, límites y puntos fijos. En este período (con Marte en una posición larga y Venus / Mercurio en la casa del valor personal), Libra es más «combativo»: mantiene el punto, confronta, cuestiona. Incluso a costa de parecer polémico o intransigente, quiere establecer un nuevo orden y, sobre todo, quiere salir de la fila para ponerse en primera línea. Se lo debe a sí mismo, ya todo el trabajo de reconstrucción personal que lleva años realizando. Y comienza a llevarse a casa sus primeras victorias.
En cuanto a los sentimientos, es un tránsito que estimula la concreción y la eficacia. Especialmente aquellos que tienen un conocido reciente, o una relación indefinida, quieren ver con claridad. Quieren saber exactamente qué esperar del otro y qué perspectivas tiene la relación. Incluso si esto significa enfrentarse o entrar en discusiones «incómodas». Pero esta es realmente una señal positiva: es la expresión de un Libra que ya no deja que las cosas vayan bien para no alterar el equilibrio. Quien ya no está satisfecho con lo que «pasa por el convento» si no corresponde exactamente a sus deseos.
En las parejas más experimentadas, donde por supuesto no hay dudas ni interrogantes sobre los sentimientos, Venus en la Segunda Casa ayuda a encontrar una forma concreta de hacer realidad un sueño de amor y «bajarlo a la tierra». Es por eso que en las próximas semanas alguien se moverá entre «estimaciones» y costos relacionados con un gran proyecto. Ya sea una boda, la compra de una casa o el deseo de tener un hijo, es en este período que muchos comienzan a «construir» un gran proyecto también a nivel económico.