Es el gran explorador del Zodíaco y tiene el encanto del gran aventurero, el que tiene el mundo como hogar y el cielo como techo. Todo en Sagitario expresa este concepto de vida: «sin límites». Para él todo es posible, no hay límites. Cada límite solo sirve para traspasarlo, para ir más allá. Es el signo regido por Júpiter, planeta de abundancia y crecimiento, y eso lo hace (de hecho) «jovial», optimista, generoso y un poco llevado al exceso. A menudo tiene un temperamento deportivo: muchos futbolistas e, incluso más, tenistas nacieron bajo el signo de Sagitario. Comparado con el otro «gran deportista» del Zodíaco (Aries), Sagitario es menos competitivo, ama el deporte en sí y el juego en equipo, y está menos interesado en sobresalir. Es una combinación curiosa, al igual que el centauro que simboliza el signo: mitad hombre (el arquero con la flecha apuntando al cielo) y mitad caballo, con las piernas firmemente ancladas al suelo. Por un lado, por lo tanto, ejerce el encanto del «pensador», del hombre / mujer con la mirada siempre enganchada al cielo y al horizonte del conocimiento, y esta es su parte más abstracta (la flecha del arquero). Junto a esta naturaleza de «filósofo», sin embargo, también sabe sacar un componente más físico, visceral, instintivo y sensual (el medio caballo).