El tercero clasificado en nuestro concurso es Aries, y este dato no me sorprende en absoluto. Porque hay mucho en común entre estos dos signos. También Aries, de hecho, está regido por Marte, el planeta de la acción, de la afirmación personal y, dicen algunos, de la carga sexual. Es Marte quien le atribuye su naturaleza «guerrera»: es impulsivo, competitivo, y su forma de afrontar la vida es «desafiarla». Y Aries también tiene una relación cercana con Plutón, que en Aries se exalta. Plutón es el planeta más remoto y menos iluminado por los rayos del sol, es ese profundo pozo de lava desde donde nacen los deseos a los que les decimos «inconscientes» (para profundizar la relación entre Plutón y «deseo», HAGA CLIC AQUÍ). De alguna manera, por lo tanto, Aries es una versión «diurna» y solar de Escorpio, y Escorpio es una versión «nocturna» y más oscura de Aries, pero algunos aspectos los comparten. Ambos deben manejarse con cuidado: por dentro tienen el poder de la lava burbujeante (fuego líquido) y si los tomas por el lado equivocado pueden hacer estallar todo. Aries es un típico «macho Alfa» (o, en femenino, «la mujer que nunca debe pedir«): enérgico, emprendedor, impulsivo, protector a su manera, pero también un poco «machista».