Desde el fin de semana, el Sol y Venus están de nuevo en el signo, marcando el comienzo de un período decididamente más rentable en el frente profesional. Eres el signo que abre las puertas a la nueva temporada, y nunca como este año el simbolismo del «despertar» encaja a la perfección con tus recientes vicisitudes. En contraste con el período complicado y estancado que estás dejando atrás, de hecho, ahora estás recuperando las ganas de hacer algo nuevo, de dedicarte a situaciones más estimulantes. O de poner en marcha una iniciativa o proyecto que por diversos motivos (incluso sin depender de ti) tuviste que dejar pendiente en los meses anteriores. Hay algunos que están preparados para un punto de inflexión que en algunos casos representa un cambio trascendental de sede, sector, ciudad, o que involucra directamente el campo de las colaboraciones. Las perspectivas de futuro se restablecen claramente a finales de mes, cuando algunos podrán firmar un acuerdo o tomar una decisión definitiva. Mientras tanto, de todos modos, concéntrate en los días del lunes 15 y martes 16 cuando la Luna está en el signo, especialmente si tienes que dar los (primeros) pasos en algunas iniciativas de trabajo. Si estás esperando una llamada, si necesitas comunicar una decisión o pedir algo más a tus contactos, puedes confiar en los días alrededor del viernes 19.

Este es un período de incubación, que gradualmente dejará espacio para una nueva página en los sentimientos. Sin embargo, no subestimes ciertos encuentros, ciertos nuevos conocidos que con el paso de los días podrían llegar a ser cada vez más importantes en tu vida. A partir del fin de semana, el Sol y Venus regresan a casa, es decir en tu signo. Y cuando tenemos estas visitas tan al unísono, no descarto que traigan novedades precisamente para el corazón. Por supuesto, las estrellas no son suficientes cuando te pones en la cabeza de no «volver a abrirte» a las emociones, pero estoy convencido de que el mismo fin de semana puedes dar ese paso para salir de casa, para navegar por el mundo exterior. Se resuelven algunos temas en la relación, a veces creados por factores externos (como la familia) o por nuevas responsabilidades que, a menudo en el pasado, has tenido miedo de asumir. Pienso en aquellos que han dado o están a punto de dar un paso importante en la vida compartida, o aquellos que saben que su propia decisión (a menudo profesional) influirá en la dinámica de la relación. Lo mismo ocurre con aquellos cuyo corazón está dividido en dos historias: no debemos seguir divididos, porque «no actuar» conduce inevitablemente a estados de malestar. Tómate un poco más de tiempo, pero luego da un paso hacia la definición.