Venus entra en la casa Duodécima y abre un paréntesis de reflexiones en el amor. Para muchos nacidos del signo llega el momento de hacer un balance de la situación, de entender exactamente qué es lo que quieren y, sobre todo, con quién. Este es un año decisivo para aquellas parejas sólidas que sienten el deseo de dar ese “paso extra” porque se acentúa el deseo de hacer las cosas en serio. Crecer con tu pareja apuntando a metas más ambiciosas: vivir juntos, ser padres, intercambiar una promesa. De la misma manera, los que viven en una situación incierta, con una persona comprometida o que no quiere comprometerse…
… sienten la necesidad de darle a la relación una dirección más definida: ya sea adentro o afuera. Con Venus en la duodécima, las emociones hablan alto y claro, y es bueno escuchar la intuición en lugar de la cabeza. Si el instinto dice que una relación está mal, es difícil que sea un sentimiento equivocado. Del mismo modo, si sientes que una relación incipiente tiene lo que se necesita para volverse importante, vale la pena superar las incertidumbres y dar ese salto de calidad. A partir del 2 de mayo, además, Venus volverá a Aries y poco después llegará Júpiter: ¡motores a toda velocidad hacia una etapa que realmente puede albergar un nuevo amor!