El ascendente Virgo es una preciosa camioneta de estilo americano con asientos abatibles, que si es necesario se convierte en furgoneta para cargar las compras de Ikea. Virgo, de hecho, es el signo de la practicidad y el ingenio por excelencia. Tiene sentido práctico, excelente destreza y gran capacidad para encontrar soluciones. De hecho, la ley de patentes define la invención como una «solución original a un problema práctico», una definición que siempre me ha hecho pensar en este talento de Virgo. El huevo de Colón, la capacidad de ordenar las cosas de una manera original, de encontrar trucos en los que nadie más podría pensar, de reinventar y regenerar las cosas, siempre tiene un toque de Virgo.

Tiene un espíritu de observación y una capacidad analítica digna de Sherlock Holmes: nada se le escapa, ni el más mínimo detalle, que muchas veces resulta decisivo. Su enfoque en las cosas es lógico y mesurado: antes de comenzar algo nuevo, estudia detenidamente todos los ángulos, analizando los pros y los contras de cada situación. Antes de hablar, escucha con atención, estudie al interlocutor y rara vez hable fuera de turno.

En situaciones difíciles, se mantiene tranquilo y sereno, y no se deja llevar por la ola de emoción. En el fondo, sin embargo, tiene una naturaleza más sensible y delicada de lo que quiere mostrar. Virgo, de hecho, es un Piscis «disfrazado»: comparte ese mismo poder creativo e imaginativo, solo que lo mantiene más bajo control y lo revela solo cuando encuentra las salidas concretas adecuadas para expresarlo.