EL DESCENDENTE SIGNO POR SIGNO

El Descendente en Tauro entra en una relación a pequeños pasos. Quiere estar seguro de las intenciones del otro. Grandes «declaraciones» en palabras lo dejan indiferente: quieren hechos. Quieren una persona que sepa «estar ahí» con su propia presencia y que sea capaz de resistir contratiempos y dificultades. Para «durar» en el tiempo. Los fuegos artificiales del inicio de una relación no le interesan mucho. Prefiere el «amarre en carretera» de una relación al arranque inicial. Y tiene una base de desconfianza que se irá abriendo poco a poco, paso a paso.

 

El Descendente en Géminis es rápido y liviano. No le gusta sentirse demasiado atado por la rutina. Necesita estimulación mental constante. Busca un compañero con quien charlar, bromear y jugar sin tomarse demasiado en serio. Es probable que las relaciones sofocantes o demasiado «dramáticas» lo pongan en fuga. Su lealtad se gana día a día, intrigando y estimulando. Es muy inteligente: si intentas controlarlo o evitar que cometa «escapaditas», encontrará igualmente la manera de hacerlo bajo tus narices. Es mucho mejor hacerlo sentir libre. En ese caso, encontrará en sí mismo los valores de fidelidad y responsabilidad de una relación.

 

El Descendente en Cáncer es cariñoso y afectuoso. Suele tener una actitud protectora y comprensiva, casi maternal. En algunos casos podría cortar un poco las alas de la pareja con una actitud de gallinita. Tiene una gran sensibilidad para captar los matices humorales de la pareja, mientras que no es muy bueno para expresar verbalmente sus estados de ánimo, que también pueden variar muy repentinamente. Puede parecer tranquilo y delicado, pero si alguien se atreve a tocarte un pelo sabrá defenderte con a capa y espada, sin escatimar.

 

El Descendente en Leo es enérgico y apasionado. Es capaz de realizar gestos de gran magnificencia que pueden caer en la megalomanía, sobre todo en la fase de cortejo. Es más fácil que te envíe 100 rosas rojas que un ramo de flores silvestres. Puede que sea fiel y presente, pero tendrás que hacerle comprender constantemente que para ti es el mejor de todos. El más lindo, encantador y galante de todos. Es competitivo y no acepta el segundo puesto. Si no sabes cómo hacerlo sentir en lo más alto del podio, descubrirás su lado sensible y malhumorado.

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