Ahora Júpiter entra en Sagitario (signo «móvil») e inmediatamente comenzamos diciendo que es un tránsito que trae movimiento, dinamismo, experimentación y (re) descubrimiento. Júpiter en Sagitario está mucho más cómodo, puede expresar mejor su dosis de optimismo y visión. Escorpio y Sagitario tienen una cosa en común: ambos intentan captar un lado más profundo de las cosas. Pero mientras Escorpio lo hace cavando para iluminar lo que está oscuro (lo que está debajo de la apariencia), Sagitario lo hace a través de la exploración, los viajes, el estudio y la búsqueda de eso que está más allá de la apariencia. Júpiter en Sagitario nos ínsita a «ir más allá». Más allá de hoy, imaginando el mañana. Más allá del problema, buscando la solución. Más allá de los límites de lo conocido, imaginando y explorando lo que aún no se conoce. Es un tránsito que habla de horizontes en expansión, de fronteras excesivas, de lo imposible que se hace posible. En el frente «macro» puede traer logros de la ciencia y la tecnología, especialmente relacionados con la superación de los límites (tan importante para Sagitario), con el conocimiento de lo «lejano» y así sucesivamente. Volveremos a hablar de esto porque estoy convencido de que el 2019 contribuirá profundamente a cambiar lo que sabemos (o creemos que sabemos) sobre el espacio. Pero sobre todo en el «micro» (dentro de cada uno de nosotros) despierta el deseo de ir más allá de superar aquellos que son nuestros límites. Nos empuja a expandirnos más allá de aquellas que han sido nuestras fronteras hasta ahora, a empujarnos hacia donde nunca nos hemos empujado, a profundizar nuevos intereses, a probar empresas que no nos hemos atrevido a intentar en el pasado. Parafraseando el proverbio, Júpiter en Sagitario es el dedo que apunta al cielo, pero sobre todo una ampliación de vistas que nos lleva a mirar el cielo en lugar del dedo.
En un post posterior veremos cuáles son los efectos en los diversos signos, pero deliberadamente en este post no quiero hablar porque la mejor manera de capturar la ola evolutiva de un tránsito tan hermoso y estimulante es desprenderse completamente de la idea de tránsito favorable / desfavorable. También porque (al menos como lo veo) no hay tránsitos «desfavorables» sino solo etapas más estrictas del viaje. Y es precisamente en estas fases caracterizadas por los tránsitos en que una cierta astrología define «disonante» (si no «negativo») que hacemos las mejores empresas para nosotros mismos. Son precisamente estas fases las que nos impulsan a movernos, a darnos nuevos objetivos, a cuestionar ciertas elecciones. Y luego, volviendo a mirar a posteriori, nos damos cuenta de que nuestra vida ha cambiado en esos años «difíciles». Y justamente ha cambiado para mejor.
Esto ha sido sólo una introducción. Regresaremos al punto. Mientras tanto, buen Júpiter en Sagitario para todos. ¡Y arriba las miradas, hacia un cielo personal, más amplio y más brillante!
Con amor
xxx
S *