¡Hola a todos! ¿Qué tal? El 5 de Noviembre Mercurio salió del signo de Libra, donde pasó un tiempo excepcionalmente largo debido al movimiento retrógrado del mes pasado, y entra en Escorpio, donde permanecerá hasta el próximo 25 de noviembre. Obviamente, no podía faltar un estudio profundo sobre este tránsito, que se suma al del Sol y Marte (ya en Escorpio respectivamente desde el 23 y 31 de octubre) y crea un cielo de gran introspección. Como saben muy bien a estas alturas, de hecho, cada planeta representa una determinada «función», mientras que el signo por el que pasa describe los «colores» y cualidades a través de los cuales se expresa esa función dada.
En este caso, estamos hablando de Mercurio, que podríamos definir como el «ministro de la esfera cognitiva». Su función es supervisar el pensamiento, el habla y todos los procesos de aprendizaje y procesamiento de datos. En otras palabras, su posición en la carta natal describe cómo hablamos, pensamos, recopilamos ideas, expresamos opiniones, etc. Incluso antes de eso, Mercurio describe la forma en que interactuamos con la realidad circundante extrayendo información de ella: la forma en que miramos, observamos y analizamos lo que nos rodea. Asimismo, su posición de tránsito colorea los tonos del pensamiento y la comunicación con los demás en un momento dado.
En este caso, transita en Escorpio, que de alguna manera podríamos definir en términos simbólicos como el «gran investigador» del Zodíaco. Porque su «vocación» astrológica es precisamente excavar, ir más allá de la superficie para comprender cómo las cosas son más profundas. Tamiza la realidad (lo que ve, oye, encuentra) para llegar a la esencia de una verdad subyacente. Por eso tiende espontáneamente a cuestionar, a verificar, a llegar al fondo de las situaciones. Sabe perfectamente que nada es lo que parece, que la apariencia de las cosas es solo la punta del iceberg, y que para comprender realmente su esencia es necesario profundizar más. A costa de parecer «indigno de confianza», no toma nada para siempre sin haberlo verificado personalmente.
Su punto de vista ciertamente representa un extremo, no es que haya podredumbre por todas partes. Pero si piensas mal, a menudo adivinas y un Escorpio (o quien tenga a Mercurio en Escorpio en la carta astral) lo sabe muy bien. Y lo mismo ocurre en el frente de las relaciones personales: aquí también, el verdadero «partido» se juega en profundidad: odia las convenciones, las bromas, las cosas que se dicen o hacen «sólo por». Todo o nada. Su confianza se gana a pequeños pasos y, una vez perdida, es muy difícil recuperarla. Por el «delito» de traición, apenas existen pruebas de apelación, indultos o amnistías. Estas cualidades, este impulso a la búsqueda constante de la verdad durante las próximas semanas, darán un color diferente a todas las funciones expresadas por Mercurio, en primer lugar el pensamiento, el diálogo y la comunicación.
Todos nuestros procesos mentales y comunicativos se vuelven más profundos, más penetrantes y atentos a lo que tenemos a nuestro alrededor. Estamos más inclinados a dudar, verificar, tocar con las manos o incluso simplemente estar más atentos a lo que tenemos a nuestro alrededor. Es como si desarrolláramos un oído más sensible, dispuesto a captar la nota desafinada de un acorde, ese pequeño detalle «que no cuadra» o que te hace sospechar. Y esto se debe a que Mercurio en Escorpio significa, ni más ni menos, el poder de la intuición. Enciende pequeñas o grandes campanas de entendimiento (no me refiero a «alarma», porque suena mal) que nos sugieren cómo las cosas podrían ser más allá de lo que parecen. (continúa)