Como dije antes, este año son los signos de Aire los que albergan los tres retrógrados de Mercurio: este es el segundo en Géminis. El primero ha sido en Acuario en febrero y el tercero en octubre en Libra. El elemento en el que se producen los retrógrados es muy importante en la interpretación de su significado. Su manifestación en Aire (elemento que rige el mundo de las ideas, el pensamiento y la comunicación) es ya una «pista» de que contienen una invitación a frenar para pensar mejor en determinadas situaciones. Para enfocar ideas, encontrar las palabras adecuadas para decir algo que no podemos decir, o para mirar una situación que vivimos de una manera demasiada “involucrados” con mayor claridad y desapego.

Por supuesto los efectos pueden ser de lo más variados, pero en las próximas semanas prestemos especial atención a lo que queremos decir y cómo queremos decirlo: a veces, de hecho, pensamos que nos estamos expresando con claridad, pero las cosas salen de una manera distinta a la que nos gustaría. Sobre todo, en cuanto a tonos e impresiones que provocan en el interlocutor. De hecho, hay situaciones en las que algo “correcto”, dicho de manera irreprochable desde el punto de vista lógico-racional, puede hacer mucho daño. Situaciones en las que además de la coherencia de nuestras palabras, también tenemos que preocuparnos por cómo las reciben los demás. Y hay situaciones en las que, por el contrario, nuestra emocionalidad crea una interferencia en las cosas que decimos: las pensamos de una forma, pero «salen» de otra, creando también malentendidos e incomprensiones.

Y desde este punto de vista, el movimiento retrógrado de Mercurio siempre contiene una invitación a detenerse un momento y preguntarse «¿Me estoy haciendo entender?» Además, Géminis es precisamente el signo de la comunicación. De consecuencia, el movimiento retrógrado de Mercurio en Géminis contiene una invitación a repensar ciertas actitudes tratando de interpretar el lado opuesto: ¿cómo pueden ser recibidas y percibidas por otros? ¿Qué impresión pueden dar? Desde este punto de vista, el movimiento retrógrado de Mercurio en Géminis representa una poderosa invitación al autoanálisis de ciertos comportamientos para todos los signos del Zodíaco.

Además, desde un punto de vista psicológico, podría llevar a alguien a sentir la necesidad de estar más solo. Es posible que tenga menos deseo de exponerse o comunicar con un nivel superficial. Por el contrario, aumenta el deseo de abordar discursos más importantes, quizás incluso «incómodos», para llegar a un punto. Es por eso que alguien en las próximas semanas puede tener el empujón correcto para arremangarse, abrir la boca y hablar. Alguien podría salir de una situación personal y buscar formas de poner todo en su lugar. La “paradoja”, si queremos llamarlo así, es que mientras en el frente externo con Mercurio la comunicación retrógrada parece “ralentizada”, en el frente interno tiene el poder de (re) abrir una serie de archivos importantes. Especialmente aquellos que habíamos barrido temporalmente bajo la alfombra para dedicarnos a nuestras tareas prácticas.