También en el frente de amistades y conocidos, Venus en Escorpio presiona para ir al fondo y buscar la verdad de las relaciones. Nos hace más selectivos: si te lo mereces, te lo doy todo. Si no te lo mereces, no te doy nada. O estás dentro del círculo de mis afectos o estás fuera. Hasta el punto de que alguien podría «purgar» la guía telefónica y eliminar las hojas secas de los perfiles sociales. Alguien podría decidir abordar un discurso incómodo, tal vez, pero seguramente aclarador. Porque si hasta ahora he guardado algo allí que no me gustó, ahora podría sentir la necesidad de «escupirlo» y sacar esa piedrita incómoda de mi zapato. Quizás terminemos despidiéndonos aquí, quizás salgamos con una relación más sólida y más fuerte, pero ya no estoy dispuesto a fingir que no ha pasado nada.
Porque de alguna manera Escorpio apunta a la «fusión» con el otro, hasta el punto de perder de vista «donde empiezo yo y terminas tú» (para usar las hermosas palabras de «Inventi» de Renato Zero). Busca un nivel de compartir tan profundo que quizás no sea completamente alcanzable en este nivel de realidad. Una integridad que a veces asusta y que Escorpio busca con todo. Teniendo en consideración mi formación, me viene a la mente un ejemplo en términos «legales»: es como si Escorpio quisiera un matrimonio con plena comunión de bienes. Lo que, simbólicamente, significa: te elijo con tanta intensidad y convicción que no siento la necesidad de mantener una parte de mí fuera de nuestra «comunión». Porque hay un «Nosotros» que va mucho más allá de la suma de «tú + yo». Y que, incluso antes de eso, no admite sustracciones.
Es por eso que para alguien el tránsito de Venus en Escorpio representa una invitación (o en algunos casos un desafío) para romper la espera y dar ese paso extra. Hacia el matrimonio, hacia la convivencia, hacia el primer hijo, hacia lo que todavía «falta» en la relación. Si esta falta depende de una frontera de incertidumbre interior a este punto hay que cruzar y superarla.
Hasta ahora me he dedicado, por así decirlo, a los aspectos más constructivos del tránsito de Venus en Escorpio. Pero cada signo del Zodíaco expresa ciertamente una enseñanza más constructiva aun, así como una serie de actitudes más «disfuncionales». Y esto, naturalmente, también se aplica en este caso. De hecho la búsqueda de la verdad puede convertirse en un muro de desconfianza. La búsqueda de la integridad puede volverse obsesión. O el anhelo de fusión puede convertirse en el poseso del otro. Pero el rasgo característico de Escorpio sigue siendo la «búsqueda de la verdad». Y es por ello que el tránsito de Venus en Escorpio nos empuja a analizar todas esas situaciones «disfuncionales» que ponemos en marcha en las relaciones. Para comprender sus raíces profundas mucho más allá de los «síntomas conductuales». Porque en muchos casos representan el reflejo, la «proyección» sobre el otro, de algo que debemos resolver – antes incluso – dentro de nosotros mismos. (continúa)