O podríamos, más razonablemente, pensar que algunas constantes de armonía y belleza son inmanentes, presentes en la naturaleza y operan, como todo en astrología, así en el cielo como en la tierra. Que pertenecen de manera tan profunda e innata al orden de las cosas (el «de rerum natura») que el hombre instintivamente las capta y reproduce en sus «creaciones», intuyendo su existencia observando las Creaciones de la Naturaleza. O que, para citar a Platón y Aristóteles, representan la Idea misma, o la Forma Absoluta de la belleza y la armonía, y que toda la creación tiende a replicarlas en todas sus manifestaciones de belleza.

Reflexionando sobre el tránsito de Venus en Escorpio, que comenzó hace unos días, me vino a la mente la Sección Áurea. Porque Escorpio es el signo de que más que ningún otro es capaz de ver la trama o urdimbre (el «fluir de la sangre») de la realidad más allá de la epidermis material de las cosas, y en este sentido es un signo de profunda verdad. Y creo que Venus, entrando en el reino de la verdad de Escorpio, puede hacernos intuir toda esa armonía que está presente en los pliegues de la naturaleza, quizás escondida bajo una apariencia más materialista especialmente en nuestro mundo hiper-tecnológico. Pero a pesar de toda esta superestructura está «ahí», a la mano, esperando ser descubierta, apreciada, «sentida» y vivida.

Venus en Escorpio es amor y armonía con toda la belleza que nos rodea. Que viene antes que nosotros, en el sentido de que no hemos sido nosotros a crearlo. Más bien lo hemos reconocido dentro y fuera de nosotros, lo hemos intuido, honrado y reproducido en obras humanas. En este sentido, los grandes artistas son aquellos que han sabido establecer este «contacto» con la belleza. Quienes supieron intuir lo divino inmanente en la naturaleza y de este contacto pudieron alimentar sus inspiraciones.

Esta es mi interpretación de Venus en Escorpio, quizás un poco arriesgada, pero cuanto más lo pienso más me convence. La mejor forma de aprovechar esta influencia (que nos hará compañía durante aproximadamente un mes) es entrar en contacto más profundo y directo con toda la belleza que nos rodea. Esa misma Belleza de la que también nosotros somos parte integral y expresión «viva», como todo el resto de la creación.

¡Abrazos para todos!

¡Hasta más tarde! 🙂

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