(del 23 de junio al 18 de julio de 2022)
¡Hola a todos! ¿Qué tal? Hace poco (jueves 23 de junio) Venus ha dejado su domicilio en Tauro y ha aterrizado en Géminis, donde permanecerá hasta el próximo 18 de julio. Comencemos inmediatamente diciendo que este es el primer cambio de guardia de la temporada, que adquiere características interesantes. ¡Veamos por qué! Como ya sabemos bien, cada planeta representa una determinada «función», mientras que el signo en el que transita expresa las cualidades y características a través de las cuales se manifiesta esa función.
En este caso estamos hablando de Venus, planeta del amor y de todas las relaciones interpersonales, que entra en Géminis, el primer signo de Aire del Zodíaco, expresión de movimiento, curiosidad y ganas de descubrir el mundo. Géminis siempre me ha hecho pensar en el «gateo» de los niños, en esa necesidad de medir espacios y tocar cosas con las manos, pero sobre todo a esa mezcla de entusiasmo y ligereza que los hace mover. Y esta es precisamente la «actitud» con la que Venus en Géminis nos invita a vivir el amor y la vida en general. Sin rumiar siempre las posibles consecuencias de cada uno de nuestros pasos, porque eso nos impide quizás «equivocarnos» pero también «vivir» y nos lleva a la «estasis». Nos invita a tomar la vida de una manera más despreocupada, con una mirada abierta y con la luz de lo posible en los ojos.
Géminis, además, es el signo del habla y la comunicación. Expresan la capacidad (presente en cada uno de nosotros, aunque de diferentes maneras) de tomar nuestras instancias internas y traducirlas a un lenguaje que otros también puedan entender. Y es por eso que la entrada de Venus en Géminis contiene una invitación directa, fuerte y clara a todo el Zodíaco: volvamos a hablar de amor. O al menos a aclarar nuestro punto de vista en las relaciones interpersonales, especialmente donde sea necesario. Esto, por supuesto, puede significar muchas cosas.
Para las parejas, significa recuperar el diálogo, volver a hablar y tratar de entenderse más. Significa retomar el hilo de un discurso interrumpido, de un proyecto que se quedó en stand-by, restableciendo un intercambio más sincero y espontáneo de pensamientos y emociones. El pensamiento se convierte en una palabra y ya no se atasca en dudas, miedos, reticencias. Para aquellos que están pasando por una crisis, se vuelve más fácil romper un velo de silencio para enfrentar el discurso abiertamente.
Géminis es también el signo del intercambio, Venus el planeta de la armonía y, por lo tanto, de alguna manera, de la equidad. Las relaciones afectivas deben basarse en condiciones justas e iguales. Si uno de los dos dà 100 y el otro 10, algo anda mal. Si uno de los dos hace pasos agigantados para encontrarse con el otro, mientras que el otro se mantiene firme en sus posiciones, hay algunos aspectos de la relaciónque inevitablemente necesitan ser revisados. Y desde este punto de vista, Venus en Géminis empuja precisamente a tamizar las relaciones y buscar una manera de hacerlas más equitativas.
Y esto no solo se refiere a las relaciones emocionales, sino más generalmente también a las relaciones profesionales, colaboraciones, contratos, etc. En este período, muchos se esforzarán por renegociar las condiciones de un acuerdo para «ajustarlas» (y así hacerlas justas de nuevo) con respecto a una situación que ha cambiado con el tiempo, o que se ha desacreditado progresivamente con respecto a un punto de equilibrio. Muchos podrían volver a discutir las condiciones de participación en una sociedad, en un proyecto común, revisando roles, tareas y la provisión de ingresos y responsabilidades.
Géminis, dije al principio, es ante todo el signo del movimiento, y por esta razón Venus en Géminis también puede ayudar a mover algunas dinámicas que ahora son demasiado repetitivas. Puede traer aire nuevo, viento de nuevos proyectos, deseo de viajar, de hacer más cosas juntos. Especialmente en un momento como este, cuando después de un largo período de «parálisis» puede moverse más. En muchos casos, entonces, en una pareja que está experimentando un momento de cansancio, el mero hecho de proyectar algo para hacer juntos es suficiente para abrir nuevas perspectivas y dar nueva chispa. Porque en estos casos lo que ha fallado es precisamente el impulso, y en este frente Venus en Géminis puede dar una mano importante.
Para los corazones solitarios, Venus en Géminis es un impulso para redescubrir un poco de ligereza y deseo de «intentarlo». Uno de los grandes méritos de Géminis es saber encontrar la vida con un alma abierta y curiosa. A Géminis no le interesa la teoría de las cosas, la que viene de los libros o de las recomendaciones de otros: su forma de medir el mundo es sumergirse en él, tocarlo con las manos, olerlo y experimentar las cosas directamente. Por esta razón, Venus en Géminis significa salir de un caparazón de prudencia («¿y si sale mal? «, «¿y si arruinamos una amistad? «) y lanzarse a un nuevo conocimiento. Salga como salga, después veremos. (continua)